martes, 6 de marzo de 2007

Indecencia política

Muy acostumbrado de ver las continuas peleas entre PP y PSOE desde Euskal Herria, desde un punto de vista digamos de alguna manera: observador. He dicho observador ya que me importa bien poco que en Madrid el ambiente político este caldeado o en baja forma. Me gusta ver a los principales dirigentes de los diferentes partidos políticos en Madrid insultándose y despreciándose la mayoría de las veces, por nosotros y hasta me suelo reir muchas veces por las noticias que vienen de la capital de España.

Pero he de decir que con el caso de De Juana algunos políticos se están pasando un poco, hasta el punto de que el discurso del PP me inquieta. ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar? Basta que politicen a las victimas, basta con que mientan a la sociedad o que llamen terrorista a todo el que discrepe de su punto de vista. Pero que deseen que el estado asesine a un hombre me parece excesivo. Eso es exactamente lo que siguen pidiendo un día tras otro: que De Juana hubiese muerto en el hospital (y ellos no son terroristas...) . Lo demás que dicen cada día los dirigentes del Partido Popular son mentiras para manejar a la opinión pública: chantaje, rendición, mejor trato a los presos que a las victimas... Chorradas al fin y al cabo, que mucha gente se cree.

A eso voy. Antes he dicho que me inquieta el discurso del PP exactamente porque en el estado español hemos visto durante años la vulnerabilidad de la opinión pública frente a discursos radicales como el que utiliza el PP en estos momentos. Esta vulnerabilidad se traduce a largo plazo en elecciones, lo cual me preocupa aún más.

Y visto lo visto el PSOE no está reaccionando ante las envestidas de Rajoy y sus secuaces. ¿Cómo se les ocurre responder con que acercaron presos mientras Ortega Lara estaba secuestrado? A parte de un poco de sentido común, lo que le falta al Gobierno de Zapatero es un poco de iniciativa y atrevimiento. Que digan claro lo que han hecho y porqué lo han hecho y se dejen de chorradas. Luego, que cada uno saque sus propias conclusiones.

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