Siento miedo al ver las imágenes de dos barcos que podrían desencadenar dos catástrofes ecológicas. El barco holandés Ostedijk en las costas gallegas y el Nishin Maru japones en la los mares de la Antártida.
El caso de este último me preocupa especialmente ya que tras averiarse el ballenero, el barco de Greenpeace MV Esperanza que se encontraba en la zona le ofreció ayuda. El capitán japones rechazó la oferta del grupo ecologista para ayudar a apagar el incendio en su buque y prefirió esperar a la ayuda neozelandesa. Ahora la Antártida se encuentra amenazada seriamente ante la posible mancha de fuel que pueda vertirse al mar del ballenero nipon. El caso es que prefieren joder la naturaleza a aceptar la ayuda de sus enemigos. Hechos cómo este me hace replantearme si un ecologismo más radical ayudaría a mejorar situaciones cómo esta.
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