sábado, 10 de noviembre de 2007

Os seré sincero

Desde hace mucho tiempo tengo una deuda pendiente conmigo mismo. Es un asunto espinoso. Siempre evito pensar y reflexionar sobre ello. Y seguro que otros muchos estáis en mi misma situación.

Este post surge de la clase de hoy de inglés. En ella hemos leído este polémico artículo del Wall Street Journal, en el que manipula indiscriminadamente al euskera y a todo lo que le rodea. Lo hemos leído en clase y más tarde hemos debatido sobre ello. En plena discusión una alumna de erasmus a lanzado al aire la siguiente pregunta: ¿si tanto queréis a vuestro país, si tan oprimidos os sentís, si tanta manía tenéis a los españoles, por qué no habláis en euskera entre vosotros?

Una pregunta jodida, cojas por donde la cojas. Ha caído como un jarro de agua fría. Y es verdad que hay muchos factores que influyen en el idioma que utilizamos por defecto, pero la realidad es que muchas veces por pura pereza o vergüenza no hablamos en euskera. Y yo soy uno de ellos. En los últimos meses he intentado llevar una vida euskaldun (escuchar Euskadi Irratia por las mañanas, leer el Berria, ver Gaur Egun...). Pero es imposible moverse durante todo el día en euskera, y más aún si vives en Gasteiz. En la universidad es dónde más hablo euskera y aunque ahí si que todo el mundo sabe, entiende y habla, muchos utilizamos en castellano a menudo.

Cuando voy a la panadería, al comprar las entradas de cine o a echar gasolina, no puedo comunicarme en euskera. Pero si que puedo hacerlo con mucha peña: colegas, coro, gente de clase y otro tipo de amistades. ¿Que por qué no lo hago? He de admitir que yo siempre prefiero hablar en euskera, pero aunque ellos prefieran el castellano, parte de la culpa es mía por caer en la trampa. A partir de ahora, cuidare más este aspecto y a la gente que suelo hablar en castellano pudiendo hablar en euskera le propondré cambiar el chip. Porqué solo así conseguiremos normalizar la situación.

No hay comentarios: