Va, una de amor...

No puedo más, no puedo parar de pensar en tí. Hoy cambio mi diario por el blog, ya que nose lo que hacer para que desaparezcas de mi corazón. Ignoro cómo entraste siquiera en el; hace años que te conozco y siempre me has gustado, pero la cosa no ha ido nunca más allá. Ahora es diferente, es más serio, el amor me la ha jugado: me he enamorado de ti. La mitad del día pienso en ti, cualquier cosa me recuerda a ti y no puedo hacer nada para impedirlo. Lo peor de todo es que sé que eres una mujer imposible para mi, no tengo ninguna esperanza en estar contigo por mucho que me duela, pero soy realista. No te quiero decir lo que siento, aunque mi corazón me lo pide con cada latido. No te quiero perder cómo amiga, porqué siempre has estado ahí, por poco que nos hayamos visto siempre te he sentido cerca.

Me encuentro en el abismo entre el amor y la locura, ya no se lo que pensar. Solo recordar tu voz, tu sonrisa, tu mirada... eso me hace feliz por momentos, incluso podría pasarme horas mirándote en una foto. Luego pienso que estoy loco, tan loco cómo para pensar cómo sería si estuviésemos saliendo juntos.

Me gusta hacerte reír, de hecho, es una de las cosas que mas me gusta de ti: tu plena felicidad. Pocas veces te he visto seria o enfadada, y cuando lo has estado no retransmites pesimismo cómo lo hacemos casi todos, retransmites seriedad y realismo. Ahora evito hacerte reír, pero lo sigues haciendo, me haces sentir cómo un niño cuando digo algo y oigo tu risa, por mucho que parezca un payaso.

Nose si algún día llegaras a leer esto sabiendo que te lo he escrito a ti, pero quiero que sepas lo todo lo que siento por ti. Lo más lógico es que haga lo mejor para mi, por que lo estoy pasando muy mal guardándome todos los sentimientos dentro de mi. Pero lo único que quiero es que sigas siendo tan feliz cómo eres ahora, y que un idiota cómo yo no te haga pasar un mal rato. Voy a dejarlo estar y esperar a que tu recuerdo desaparezca de mi corazón durante estos próximos años, porqué cómo se dice, el tiempo lo cura todo (o eso espero). Lo peor es que siempre me haré esta pregunta: ¿que habría pasado si te hubiese dicho lo que sentía? Ahora, escribir es lo único que me hace sentir mejor...